Todavia no comprendo por que tuve que entrar a ese edificio en ruinas camino a mi casa despues de un largo dia de trabajo, durante el trayecto a mi hogar pense lo feliz que seria compartir con alguien muy especial el resto de mi vida, esta hasta ahora era monotona, rutinaria y sin ningun aliciente; la mujer que escogi para companera escasos dias despues de nuestro matrimonio desbarato mis ambiciones. Estaba lejos de mis suenos tener una vida duradera en comun y de hacer huesos viejos nosotros dos, fui y sigo siendo un tonto el sonar despierto.
Marulla habiase conformado llevar una existencia languida, sin chispa, la hermosura de su cuerpo juvenil entalladito del cual me enamore, hoy es solo una referencia preterita. No tenia suficientes argumentos para seguirla amando, su descuido estetetico y pretender las cosas siguen igual chocan con la realida de que en su cintura le cuelga un doble cinturon de grasa, se fue al extremo, olvido el maquillaje, el arreglarse para mi. Para ella todos los dias son los mismos, el mismo peinado, la misma falda, las mismas chanclas y la maldita costumbre de picarse la nariz.
- Ya llegue Marullita, tengo hambre. -
- Calienta la comida y sirvete! -
Era su respuesta cotidiana, mientras comia, ella se sentaba viendo la primera telenovela cursi de la tarde. Pense en el prospecto ser un hombre divorciado y mi buen Dios pusiera en mi camino a otra mujer al cabo no teniamos hijos. Los dos estamos aptos para tener familia sin embargo por alguna razon desconocida Marulla no queda encinta, un examen de laboratorio indica que mi cuenta de esperma esta bien y a ella nada le impide ser madre. Pienso que Dios Padre asi lo dispuso.
Al pasar frente a alas ruinas un impulso extrano me hizo entrar,en ocasiones anteriores pase por alli y no paso nada, esta vez la tentacion y la curiosidad fue en extremo fuerte y abri lo que quedaba de la destartalada puerta derruida y polvosa, escuche el chirrido al empujarla, por ese ruido no me di cuenta lo cerca que estaba de perder la vida.
Senti un objeto metalico tocar mi sien derecha y luego un estruendo, todo alrededor mio se oscurecio, cualquier sonido interior y externo se disipo; fue un silencio mortal que no se cuanto duro. Me perdi en la nada, mi muerte llego de improviso, sin anunciarse, sin darme un motivo suficientemente claro la causa de mi violenta partida, en vida imagine los diferentes escenarios y formas de morir y que circunstancia protocolarias debia seguir, lo que si tuve claro es que no llegaria a viejo. Mientras en vida ese presentimiento me siguio en toda mi existencia. Podria morir de una enfermedad terminal, un ataque al corazon o en el mejor delos casos perder la memoria y desconocer el dia y la hora de mi fallecimiento.
La oscuridad impidio conocer a mi asesino y la razon de su fechoria, simplemente fui asesinado por manos ajenas.
Jamas supe la reaccion de Marulla, la de mi madre y mis hermanos, si me lloraron o recibi cristiana sepultura o acaso me cremaron, ajeno fui a la realidad terrena, como que a mi me importo un soberano cacahuate lo que hicieron con mis restos mortales. Repito, la oscuridad duro una fraccion eterna, no senti dolor alguno, nunca vi a mi agresor, sin recuerdos de mi caida al piso, no supe cuanto tardo mi ascenso -digo- o quizas descenso a las puertas del Creador del Universo, lo que si recuerdo es el subito arrebato donde el tiempo y espacio dejaron de ser un punto importante. Pronto fui sujeto a una inquisitoria sobre mi incolora, insipida y aburrida existencia y por otro lado los excesos de mis malas acciones que danaron a mucha gente. Un ser de luz cuyo rostro vi y trate de grabarlo en mi mente y despues por mas esfuerzos que hice sus rasgos fisicos se esfumaron pense < es nuestro padre Eterno >, desenrollo un extenso pergamino donde todos los actos mortales estaban registrados. Aprendi de nino los angeles tienen alas y largos cabellos rubios, en ese instante en mi horizonte visual no reconoci a ningun ser con esas caracteristicas, pienso lo imagine. El omnipotente ser me leyo el enorme contenido de ese pergamino, al tiempo que leia me vi a mi mismoen una pelicula y aunque hubiera querido no habia nada que esconder y ocultar.
De acuerdo a la cronologia de mis actos terrenales, mi ciclo habia terminado, vi cada uno de mis actos de mis vidas pasadas, lo que entendi este era mi ultimo viaje a la Tierra.Una gran tristeza me embargo por las muchas cosas pendientes que deje, por la inutil existencia desperdiciada en esta realidad fisica; muchas oportunidades perdidas, bastantes ambiguedades y suficiente desperdicio de mis talentos.
Merecia disolverme en el ultimo punto de mi viaje y nunca volver a ocupar un cuerpo. Los sentidos se embotaron por las cosas futiles y omiti lo bueno por el gusto y el placer de la carne el lado divino.
Resignado espere el veredicto a mi inutilidad, la voz que me juzgaba fue dura e implacable aunque justa y tranquila. Fue breve el instante de espera, el resultado vino de una manera sorpresiva, su tono cambio, disciplente, paternal, esperanzador. Se me daba una nueva oportunidad, la escuche y aun resonando en mi conciencia, de regreso al principio una gran fuerza succionadora me atrajo de nuevo a la vida, me vi caminando por la calle cerca de mi hogar, mis ideas eran de una claridad increible, mi unica sospecha era si realmente tuve esa experiencia infrahumana o fue un lapso psicotico en el camino a mi residencia.
Entre al edificio viejo y arruinado, observe con detenimiento los escasos muebles desvencijados, telaranas por doquier, el graffiti y desperdicios humanos, al empujar y adentrarme al interior mire mis manos y la sorpresa hizo escrudinara el resto de mi cuerpo y la vestimenta puesta, descubri un cambio fisico en mi apariencia: rostro diferente, tez demasiada clara, pelo lacio, tropezando entre los escombros busque donde ver reflejada mi imagen y mi asombro fue tal; estupefacto encontre a una persona no identificada frente a mi. El hombre de color, el hombre de raza negra que media 1.80 de estatura y pelo ensortijado habia desaparecido. Tembloroso y nervioso hurgue mi cartera en e bolsillo trasero de mi pantalon, lo primero que saque una fotografia de una pareja en un abrazo amoroso, la joven alli retratada ni por asomo se parecia a Marulla que una vez conoci como mi esposa.
La realidad fue tan evidente que todo se develo para mi, alce la vista al cielo, me arrodille y di gracias a mi Padre Eterno el regalo de mi nueva existencia.
//alex
Lo debo todo
Autor: Pablo guillen
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Cuento publicado el 06 de Febrero de 2015
Marulla habiase conformado llevar una existencia languida, sin chispa, la hermosura de su cuerpo juvenil entalladito del cual me enamore, hoy es solo una referencia preterita. No tenia suficientes argumentos para seguirla amando, su descuido estetetico y pretender las cosas siguen igual chocan con la realida de que en su cintura le cuelga un doble cinturon de grasa, se fue al extremo, olvido el maquillaje, el arreglarse para mi. Para ella todos los dias son los mismos, el mismo peinado, la misma falda, las mismas chanclas y la maldita costumbre de picarse la nariz.
- Ya llegue Marullita, tengo hambre. -
- Calienta la comida y sirvete! -
Era su respuesta cotidiana, mientras comia, ella se sentaba viendo la primera telenovela cursi de la tarde. Pense en el prospecto ser un hombre divorciado y mi buen Dios pusiera en mi camino a otra mujer al cabo no teniamos hijos. Los dos estamos aptos para tener familia sin embargo por alguna razon desconocida Marulla no queda encinta, un examen de laboratorio indica que mi cuenta de esperma esta bien y a ella nada le impide ser madre. Pienso que Dios Padre asi lo dispuso.
Al pasar frente a alas ruinas un impulso extrano me hizo entrar,en ocasiones anteriores pase por alli y no paso nada, esta vez la tentacion y la curiosidad fue en extremo fuerte y abri lo que quedaba de la destartalada puerta derruida y polvosa, escuche el chirrido al empujarla, por ese ruido no me di cuenta lo cerca que estaba de perder la vida.
Senti un objeto metalico tocar mi sien derecha y luego un estruendo, todo alrededor mio se oscurecio, cualquier sonido interior y externo se disipo; fue un silencio mortal que no se cuanto duro. Me perdi en la nada, mi muerte llego de improviso, sin anunciarse, sin darme un motivo suficientemente claro la causa de mi violenta partida, en vida imagine los diferentes escenarios y formas de morir y que circunstancia protocolarias debia seguir, lo que si tuve claro es que no llegaria a viejo. Mientras en vida ese presentimiento me siguio en toda mi existencia. Podria morir de una enfermedad terminal, un ataque al corazon o en el mejor delos casos perder la memoria y desconocer el dia y la hora de mi fallecimiento.
La oscuridad impidio conocer a mi asesino y la razon de su fechoria, simplemente fui asesinado por manos ajenas.
Jamas supe la reaccion de Marulla, la de mi madre y mis hermanos, si me lloraron o recibi cristiana sepultura o acaso me cremaron, ajeno fui a la realidad terrena, como que a mi me importo un soberano cacahuate lo que hicieron con mis restos mortales. Repito, la oscuridad duro una fraccion eterna, no senti dolor alguno, nunca vi a mi agresor, sin recuerdos de mi caida al piso, no supe cuanto tardo mi ascenso -digo- o quizas descenso a las puertas del Creador del Universo, lo que si recuerdo es el subito arrebato donde el tiempo y espacio dejaron de ser un punto importante. Pronto fui sujeto a una inquisitoria sobre mi incolora, insipida y aburrida existencia y por otro lado los excesos de mis malas acciones que danaron a mucha gente. Un ser de luz cuyo rostro vi y trate de grabarlo en mi mente y despues por mas esfuerzos que hice sus rasgos fisicos se esfumaron pense < es nuestro padre Eterno >, desenrollo un extenso pergamino donde todos los actos mortales estaban registrados. Aprendi de nino los angeles tienen alas y largos cabellos rubios, en ese instante en mi horizonte visual no reconoci a ningun ser con esas caracteristicas, pienso lo imagine. El omnipotente ser me leyo el enorme contenido de ese pergamino, al tiempo que leia me vi a mi mismoen una pelicula y aunque hubiera querido no habia nada que esconder y ocultar.
De acuerdo a la cronologia de mis actos terrenales, mi ciclo habia terminado, vi cada uno de mis actos de mis vidas pasadas, lo que entendi este era mi ultimo viaje a la Tierra.Una gran tristeza me embargo por las muchas cosas pendientes que deje, por la inutil existencia desperdiciada en esta realidad fisica; muchas oportunidades perdidas, bastantes ambiguedades y suficiente desperdicio de mis talentos.
Merecia disolverme en el ultimo punto de mi viaje y nunca volver a ocupar un cuerpo. Los sentidos se embotaron por las cosas futiles y omiti lo bueno por el gusto y el placer de la carne el lado divino.
Resignado espere el veredicto a mi inutilidad, la voz que me juzgaba fue dura e implacable aunque justa y tranquila. Fue breve el instante de espera, el resultado vino de una manera sorpresiva, su tono cambio, disciplente, paternal, esperanzador. Se me daba una nueva oportunidad, la escuche y aun resonando en mi conciencia, de regreso al principio una gran fuerza succionadora me atrajo de nuevo a la vida, me vi caminando por la calle cerca de mi hogar, mis ideas eran de una claridad increible, mi unica sospecha era si realmente tuve esa experiencia infrahumana o fue un lapso psicotico en el camino a mi residencia.
Entre al edificio viejo y arruinado, observe con detenimiento los escasos muebles desvencijados, telaranas por doquier, el graffiti y desperdicios humanos, al empujar y adentrarme al interior mire mis manos y la sorpresa hizo escrudinara el resto de mi cuerpo y la vestimenta puesta, descubri un cambio fisico en mi apariencia: rostro diferente, tez demasiada clara, pelo lacio, tropezando entre los escombros busque donde ver reflejada mi imagen y mi asombro fue tal; estupefacto encontre a una persona no identificada frente a mi. El hombre de color, el hombre de raza negra que media 1.80 de estatura y pelo ensortijado habia desaparecido. Tembloroso y nervioso hurgue mi cartera en e bolsillo trasero de mi pantalon, lo primero que saque una fotografia de una pareja en un abrazo amoroso, la joven alli retratada ni por asomo se parecia a Marulla que una vez conoci como mi esposa.
La realidad fue tan evidente que todo se develo para mi, alce la vista al cielo, me arrodille y di gracias a mi Padre Eterno el regalo de mi nueva existencia.
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