La laguna del árbol
Autor: Heydi
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Decían los más antiguos que ese árbol nació allí para ser lecho de muerte de un muchacho que a su tiempo sabría llegar allí y morir. El árbol que parecía ser de nogal brillaba todas las noches con un azul intenso. ¡Era tan admirable y tan enternecedor aquel paisaje! Sin embargo la gente tenía miedo porque estaban convencidos que entre sus raíces vivía un animal que nadie podía definir su forma ya que aquel espejismo no era más que el reflejo de sus temores más profundos y esa fue el arma más eficaz que el árbol encontró para defenderse.
Esa laguna era la más abandonada de todas porque nadie se atrevía a visitarla, pero la laguna del árbol tenía su leyenda y era regada entre la gente que la rodeaba. La leyenda contaba que una noche después de cientos de años, cuando la laguna estaba ya casi olvidada una pareja de amantes subió a la montaña que cubría a la laguna y se quedaron extasiados ante la visión y el deleite que emanaba el árbol.
Se sintieron más enamorados que antes, ellos estaban disfrutando de su luna de miel y querían estar completamente solos, sin casas, sin gente, sin miradas curiosas. Aquel lugar era el ideal y se emborracharon de las estrellas y se alimentaron de la luna, juntos descubrieron el regalo más maravilloso del hombre, se envolvieron en la sábana del placer y consumaron el acto de amor más bello del universo. Fueron un solo cuerpo, una sola carne, una sola voz…
La noche pasó, la mujer fue tragada por la tierra, el hombre no la sintió.
Apareció el sol con sus rayos débiles en medio del páramo, amaneció el hombre, solo.
Una interminable huella en la tierra lo condujeron hacia la laguna, él la vio, era una sirena su esposa y sonrió. Se sumergió en aquellas aguas heladas y siguió el brillo de la sirena, llegó hasta las raíces del árbol y encontró un cofre. Pensó que quizá aquello era lo que hacía brillar de esa manera al árbol, lo cogió y lo abrió. No encontró un tesoro, tampoco una luz misteriosa, y mucho menos golosinas ni fantasmas. Encontró dos bebes entrelazados, abrazados en aquel cofre que hacía las veces de vientre y mamá. No lo comprendió, pero su corazón le decía que eran sus hijos; intentó tocarlos pero no pudo porque el cofre se cerró con tanta fuerza y para siempre. El hombre sintió que un torbellino lo absorbía, lo arrastraba, lo chupaba… Las raíces del árbol se quebraron pero el hombre trepó hacia las ramas, hombre y árbol fueron sepultados por la laguna que celosa por el amor no pudo dar vida a esas vidas que engendraban en ella y las mató y las echó al olvido.
De pronto todo en el pueblo fue oscuridad, el cielo ya no brilló más y los habitantes asomaron la cara por la ventana observando lo que no podían observar. Repentinamente se escuchó un boom intenso que resonó en los corazones de aquella gente. Se estaba produciendo una erupción. Por primera vez en la historia del mundo no erupcionaba un volcán sino una laguna. Era la forma de llorar de aquella cosa que quiso ser madre y no pudo.
La laguna del árbol se convirtió en volcán.
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Últimos comentarios sobre este cuento
Nombre: jesus
Comentario: me paresio interasante
lo k mas me gusto fue
la forma k se espresan
cunado la pareja
se van ala montana
cunado lo leei senti la
pasion
esta imcrible el cuento
estodo
adios.
Fecha: 2008-09-11 09:30:14
Nombre: ketty
Comentario: lleelo
Fecha: 2008-06-29 12:38:26
Nombre: Andres
Comentario: me gusto mucho el cuento.
Pero el ultimo párrafo no convence.
Fecha: 2008-06-13 16:25:22
Nombre: rafael gamboa
Comentario: realmente me parece demasiado lineal, muchos errores en sintaxis y semantica, el cuerpo del cuento es muy debil y desorganizado, siga tratando porque la practica hace al maestro