La bestia
Autor: Flor del rocio
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En una de esas viejas y calurosas primaveras; demasiado bellas que incitan a la soledad de refugiarse, en su maravilloso, pero traicionero engaño de fantasía, que envuelve a la cabeza, de ilusiones que no siempre son reales, pero irresistibles para cualquiera que seda ante su letal hechizo.
Es que una joven quedo atrapada en su belleza, observando embelezada de su encanto; por la pequeña ventana de su cuarto. Su nombre era Aurora, su tesitura melancólica y triste, atravesando sus primeros años de adolescencia, su cabeza se encontraba prisionera de fantasías inconclusas y una realidad avasallante, enemiga eterna de sus sueños mas salvajes; catorce años de vida y no podía creer que aun tuviera que someterse a la locas fantasías, que la primavera, le incitaba en la cabeza, admiraba, muy atenta sus colores, sus aromas, su esencia en si; a través de su ventana, que daba justo al jardín; pero su atención se vio presa de una figura en especial, una escultura de marfil, cubierta por una manta, como protección del frío y cualquier otra inclemencia, de la cual podría ser victima; el tesoro mas preciado de su madre, el horror y protagonista de sus pesadillas de niña, esa figura ancestral, mas vieja que el mundo mismo, bueno eso decía su madre, quien había adquirido la figura en una venta de cochera, de una anciana asiática que solía vivir a la vuelta de la esquina y cuyas posesiones ella solía exclamar eran sagradas y mágicas, tachada de loca, nadie se intereso en mas que el valor que alguna de sus posesiones podrían tener; ya fallecida los familiares, vendieron la casa y las pertenencias, la madre de Aurora una experta en la venta y compra, de casi cualquier cosa, logro obtener esta figura aun precio, bastante razonable, Aurora la odiaba la consideraba espantosa y detestable, pero su madre supuso que eran cosas de la edad y que con el tiempo aprendería quererla, a base de esto, Aurora tenia la fiel tarea, de limpiarla cada primavera.
De vuelta en si, Aurora suspiro diciendo- Aquí vamos otra vez, a sacudir el polvo y las arañas, para liberarte de nuevo- Una voz dulce se escucho al lejos- Aurora levántate, ya es tarde, para que duermas, recuerda, que tienes tareas, no se te vaya a olvidar, limpiarlo- Su madre se encontraba tan familiarizada con la criatura aquella, que ya casi la consideraba un miembro mas de la familia—enseguida voy madre- contesto con un tono de pesadumbre y pereza casi mortal, a lo cuál su madre respondió- Apenas puedo creer , tanta pereza, en plena primavera y a tu edad, yo hubiera considerado inaceptable, el comportarme así- arrojándose en la cama de nuevo con un tono a un mas depresivo respondió- ¡si, si, si,! Lo que digas- se levanto lentamente tomo un cepillo y cubeta, y se adentro en el patio trasero, ahora lleno de flores, matorrales ,árboles verdes, así como el pasto brillante, se acerco lentamente, con la misma cautela que le reservaba desde niña. Envuelto en un manto blanco, manchado por el polvo y suciedad de los pájaros; respiro profundo, sostuvo el aliento por unos momentos, sujeto, la cuerda y jalo, la manta descendió liberando, esa figura ancestral, y rígida que parecía sacada de un cuento chino de horror.
Criatura de largo cuerpo, lleno de escamas finamente labradas en el marfil, con grandes y afilados colmillos en un hocico de gran tamaño, un depredador de primera, con los ojos llenos de maldad, ¡furia!, seguro se encontraba en medio de una rabieta; pensaba ella, pero le parecía imposible, que semejante criatura, pudiera parecer tan real, lleno de punzantes picos en su dorso, una fiera posición de caza con ambas garras, repletas de afiladas y puntiagudas piedras, ambas en el aire, firmemente apoyado sobre las patas traseras, y con su mirada penetrante, que parecía seguirle a todos lados, su nombre, no tenia nombre, ella lo llamaba simplemente la “bestia”. Su madre se refería a el como el protector de los secretos del mundo, una verdadera divinidad; en fin después de la lenta revelación , Aurora no tardo en sujetar el cepillo con fuerza lanzar un poco de agua sobre el, y empezar a tallar suavemente, algún rasguño y sabia que las consecuencias serian muy grandes; aun reprochando por la tarea asignada, refunfuñaba entre dientes, empezó tallar con fuerza y descuido, de tal forma, que casi de inmediato pudo escuchar un murmullo proveniente de aquella criatura inmóvil--¡auuu!- tan leve que pensó, era una alucinación causada por el calor del sol que golpeaba su cabeza, culpando a la criatura replico- ¡Ya vez por tu culpa ya hasta tengo alucinaciones!, ¿después de que te limpio todavía tendrías el descaro de quejarte?, que ingrata eres- de repente sin explicación alguna, la cubeta que había colocado a los pies del pedestal, donde retozaba la bestia aquella, cayo sobre ella,-¡Es que ahora también me vas a atacar!- su madre escucho a lo lejos los gritos y reclamaciones,- ¡Pero Aurora!, será que ahora hasta mi pobre escultura, tiene que sufrir de tus reclamos, que culpa tiene el, de tu carácter—Pero mama si aquí la única que sufre soy yo, no ves que no me quita sus horribles ojos de encima, incluso se queja y me ataca, no le basta con haberme espantado desde niña, ahora quiere que alucine con el,- ¡Vamos ya déjala en paz!, el sol te esta afectando la cabeza, ven adentro ya- Aurora entro refunfuñando de nuevo, también preguntándose cuales eran las posibilidades de alucinar, la voz de una escultura, y la cubeta que sin razón alguna callo sobre ella, agotada por el sol se retiro a su cuarto, se dejo caer de golpe, en la cama y callo dormida de nuevo, volvió a soñar con la criatura como cuando era niña, esta le hablaba, lanzaba alaridos de dolor, la perseguía con furia, hasta que llegaba a una gran cascada y en su intento por salvarse, se lanzaba al vacío, en ese momento despertó mojada en sudor, respirando rápida y fuertemente, se repitió una y otra vez así misma- solo es un sueño, no es real, ¡no es real!- pero la duda la mataba, prisionera de la curiosidad, debía saber que era lo que había escuchado; ya empezaba el sol a esconderse, para dar paso a la noche, el cielo se torno de un color rojo claro, demasiado bello como para resistirse, con esa escusa salio al patio, mirando el cielo fijamente, cuando que su madre se retiro a su alcoba, se acerco lentamente a la feroz figura, la luz estaba por extinguirse, así que se armo de valor, se acerco lo suficiente para estar cara a cara la miro fijamente a los ojos y dijo- ¿es que acaso tienes vida o algo así? anda si eres tan valiente para quejarte a mis espaldas, por que no me lo dices de frente, ¿o es que tienes miedo?- pero este quedo inmóvil como siempre, con su feroz expresión y sus ojos que reflejaban un frío, estremecedor, que haría a cualquiera sucumbir del miedo ante el,- ¡anda responde¡- insistió, Aurora, con un gesto de decepción y un poco de tranquilidad exclamo- ¡lo sabia no eres mas que una tonta estatua!, sin vida- se alejo dispuesta a dormir y olvidarse de lo sucedido; al dar la vuelta, pudo escuchar un susurro, otra vez, que decía,- ¡No sabes lo que dices!-de inmediato Aurora dio la vuelta,- ahora si juro que te escuche decir algo- pero seguía inmóvil, no me engañes, se que puedes hablar, que es lo que pretendes, asesinarnos a mi a mi madre, una risa se escucho casi inmediatamente después de esto.
Atónita observo como la criatura descendió poco a poco, hasta adoptar una postura mas tranquila, sus rasgos se suavizaron, cerro su gran mandíbula letal y escondió las garras en el pedestal, -¡Pero niña estas loca! ¿para que habría yo de matar a alguien?, que clase de bestia crees que soy, debo admitir que con mi feroz apariencia, no es difícil caer presa del terror, pero no tengo culpa alguna en eso, mi escultor me creo para ser guardián de los mas grandes secretos del mundo, y como tal debo defenderlos, con mi aspecto feroz. Debo admitir que eres valiente, al hablarme así, especialmente, sabiendo, quien soy yo- Casi inmóvil, tan pálida como un fantasma, Aurora no podía creer lo que veía, quería gritar y correr, pero su voz se había perdido en el viento y sus piernas estaban clavadas en el césped, como las raíces de un árbol que se aferran para no caer, casi fuera de si, logro articular una palabra—pe-pe-pe-pero- tartamudeo-no es posible, tu no eres de verdad- la criatura respondió, con una voz profunda y delicada- solo por que no luzca como tu, no quiere decir que no pueda hablar, existo al igual que tu, hablo como tu y a diferencia tuya yo si se como ser educado con las personas – con mas confianza, respondió, Aurora,- ¡Educado! pero si esta tarde me arrojaste una cubeta de agua, y te quejaste cuando te limpiaba- la bestia la miro a los ojos y dijo- si, pero me queje por que me tratabas como si fuera una vil roca, además me insultaste, te lo merecidas niña, no te han dicho que debes respetar a tus mayores.- Primero que nada- respondió- eres una roca, no deberías quejarte, y no soy una niña- la criatura sonrío- no debería de hablar tampoco y mírame; sabes durante años te he observado; y si digo niña, es por que aun lo eres, tal vez ahora, te resistes a las fantasías, que viven presas en tu mente, resguardadas, por la realidad, a la cual ahora le das tanto crédito, pero sin duda, si eres capas de escucharme significa que no todo esta perdido aun- Aurora, mas que interesada, curiosa, le pregunto-¿Entonces siempre has tenido vida?, incluso cuando era pequeña- el respondió- claro, antes de venir aquí, mi dueña y yo, platicábamos todos los días, sobre todo tipo de cosas; ella me preguntaba sobre los grandes enigmas del mundo, el por que de las cosas, las grandes verdades del universo, en fin de todo tema del cual valga la pena hablar- un tanto asustada Aurora exclamo-¿pero la gente decía que estaba loca, entonces, yo también me volví loca?—nada de eso, sabes las personas, siempre tienden a tener una explicación para todo y las cosas que no entienden, o se niegan en entender siempre las consideran imposibles, mentiras, cuentos y aquellas personas que se atreven a ver mas allá de lo que ven, están fuera, de lo que podría llamarse, una persona sana o normal- Aurora interesada pregunto- Y tu entonces ¿de donde vienes, por que estas aquí, quien eres?- Vaya hasta que preguntas algo razonable, niña;¡ yo soy el guardián y protector de los secretos del mundo!, nací en el infinito, en el centro del cosmos, debajo del universo, cubierto con las estrellas, iluminado por la luz de la razón, arrullado en la cuna de la creación, esculpido por las manos habilidosas, cuidadosas y esperanzadas de la fantasía; encargado de preservar los secretos de la creación.-Aurora presa de la duda, pregunto- ¿Entonces tu lo sabes todo?—Pues claro, niña, y tu solías saberlo también-¡yo!- ¡si!, de niña no recuerdas las historias que tu madre te contaba, antes de dormir; cuando tu le preguntabas sobre el origen de las cosas y ella te solía, contar—Pero todo era mentira, eran cuentos, hechos de fantasía.
-Alguna vez te preguntaste por que tu madre me guarda tanto afecto- No, supuse que al haber sido una buena compra, se sentía orgullosa, -Pues veras- respondió la bestia en tono suave pero firme,-cuando tu madre era pequeña, solía vivir al lado de mi primera dueña- Aurora casi atónita no podía creer que lo supiera,- si, es verdad- la bestia prosiguió- ella solía visitarme muy a menudo era la encargada de asearme, todas las primaveras, iba y platicábamos, de todo, me preguntaba muchas cosas, era una niña muy curiosa, debo admitir que tienes algo de ella, en ti, platicábamos por horas y horas; ella me prometió, que si mi dueña moría, ella no me abandonaría, y así fue, por eso me trajo a qui, con la esperanza de que un día tu también, aprendieras de mi, como ella lo hizo—entonces Aurora comprendió todo, como fue que su madre compro tan horripilante estatua--¿pero, pero, pero? Entonces todas la historias son reales, incluso la de la princesa que vivía en la luna, que poseía el cabello mas bello del mundo, cautiva por su madrastra, castigada, por que se rehúso a darle su cabello y obligada a vivir ahí para que nadie la viera, que lleva tanto tiempo ahí, que su cabello creció de tal manera, que se enredo con las estrellas, y cada noche que lo deja caer, para cepillarlo con los cometas, el cielo se torna negro y estrellado con destellos de luz de vez en cuando, el cual recoge cuidadosamente todas las mañanas; o la de el gigante de los andes, que al morir fue enterrado, de tal manera, que se crearon las cordilleras, y el de la princesa tornado, cuyo estornudo fue tan fuerte ,que se crearon grandes corrientes de aires, devastadoras; que obligo a la princesa diluvio, a escalar a la montaña mas alta, y quedar atrapada ahí, tan asustada y triste que su llanto no seso por días, causando las lluvias y las inundaciones,- La bestia sonrío lentamente- Así es, entre otras mas, que seguro recordaras- ella respondió- ¡pero no es posible, no puedo creerlo!, debo estar soñando- La criatura la miro- sabes, el hecho de que estés creciendo, no significa que debes aprisionar las fantasías, y someterlas a la pena de muerte, veras la realidad, a veces puede ser un verdadero verdugo, y si te descuidas acabara por someterlas e incluso decapitarlas; hay algo muy importante que deseaba recordarte, el por que estoy aquí, estoy aquí, recordarte, que la vida, a veces es un poco mas bella y misteriosa, si de ves en cuando, dejas que las hadas en tu cabeza, hagan de las suyas por ahí; tal vez no siempre tengas la razón, pero a veces, es mas bello pensar que las cosas sucedieron de otra manera, después de hoy no volveremos a hablar, a menos por supuesto, que tu lo desees de verdad, yo siempre estaré aquí esperando, recuerda, justo cuando la realidad se va a dormir y la fantasía sale a jugar, por las noches y no olvides regar el árbol- Un poco confusa, Aurora pregunto - ¿Cuál árbol?- la bestia tranquilamente y con el ultimo destello, de brillo en los ojos respondió - En el que viven las hadas, que cuidan tus sueños, en tu cabeza, unas gotas de esperanza por la mañana y solo un poco de felicidad con un suave toque de imaginación será suficiente- Y así fue, como la criatura levanto sus garras en el aire otra vez, cerro su mandíbula, llena de colmillos afilados otravez, sus rasgos volvieron a ser rígidos y temibles, e inmóvil quedo. Aurora la admiro una y otra vez, todos sus miedos se habían desvanecido, el sol se anunciaba de nuevo a lo lejos, la princesa de la luna, acababa de recoger sus largos cabellos.
Solamente se alejo lentamente entro a la casa, y desde ese día, volvió algunas veces a platicar con la bestia, pero después de un tiempo dejo de hacerlo, ahora todas la primaveras, sin excepción hace su trabajo gustosa y de vez en cuando mira por la ventana, para recordar ese día caluroso de primavera, en que, la bestia, dejo de ser bestia y le hablo por primera vez.
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Últimos comentarios sobre este cuento
Nombre: fernando
Comentario: esta bien padre este cuentooooo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Fecha: 2009-06-14 17:08:45
Nombre: lenin
Comentario: es fantastico
Fecha: 2009-05-12 20:04:54
Nombre: gabi
Comentario: En realidad los cuentos son todos muy buenos,este es especial para leerselos a los adolescentes que son muy proclive a olvidarse de las fantasias y de lo hermoso que es tener esperanza.gracias.Gabi
Fecha: 2009-05-12 11:52:44
Nombre: NINOSKA JOSEFIN
Comentario: HOLA,.....
LO DISFRUTE MUCHO. ME APASIONAN LAS HISTORIAS MISTICAS CON MENSAJES POSITIVOS PARA EL AUTOCRECIMIENTO PERSONAL. GRACIAS
EXITOS..............