Realidad, fantasia y otros cuentos del delirio
Autor: Flor del rocio alfaro
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En que la vida permanecía tranquila, fue que lo inesperado se puso en marcha, el sol radiaba su luz, el viento cauteloso a la espera de lo que estaba por venir. A lo lejos entre colinas y caminos, de millares de piedras, unos estruendosos neumáticos irrumpían en el adagio de la naturaleza, con notas altisonantes, percusiones nuevas pertenecientes a la vida. En el coche , una pequeña familia existía, la madre, con cabellos rojizos , y enormes gafas de sol , el padre, un hombre de ojos brillantes y una ilusión en su cabeza, y la hija una joven de tristes ojos y una travesura en el pensamiento aun esperando por ser descubierta. Esta familia no venia sola venia perseguida por una pequeña historia, donde ellos eran los grandes personajes, el padre hombre prospero y honesto vivía de un pequeño negocio que implicaba, una dependencia a las desgracias de otros, era el orgulloso dueño de una funeraria, la cual llevaba por nombre “prados verdes en el horizonte”, aunque como todo buen negocio tienen sus altas y sus bajas , a este parecía no haberle llegado las altas en una buena temporada, y es que su dueño decía, que la gente hoy en día le tiene tanto miedo a morir como A vivir, además de vivir en un lugar donde ya habían en existencia al menos 5 funerarias mas, que ofrecían métodos de nueva generación como ellos decían, incineradores y cremación, algo que a el le parecía una abominación, para el no había nada como lo tradicional, una cómoda caja para descansar en paz.
En vista de las previas circunstancias había decidido mudar su negocio a prados mas libres de las ideas, paleolíticas, como a el le gustaba llamarlas, porque en esa época todo lo solucionaban con fuego, así que tomo sus posesiones mas valiosas su esposa e hija, vendió la funeraria, tomo un mapa y eligió el lugar , <“la villa verde” será >, dijo mientras enroscaba el mapa y lo introducía en su bolsillo, al subir al auto y aventurarse a lo que llamaba su nueva vida.
La esposa mujer de rozagantes mejillas, y amplia sonrisa, le parecía encantadora la idea de ir a vivir a un lugar mas pequeño, la verdad es que desde niña había soñado con vivir en una de esas pequeñas villas que tanto describen en los cuentos de hadas, pequeños lugares, donde grandes secretos aguardan hasta en la mas inocente mirada, la noticia le había Caído mejor que bien, aunque no fuera así para la hija, que ya había rondado 14 años por aquel lugar y no conocía ni deseaba conocer otro, esta se había negado rotundamente a la decisión del padre, poco le sirvió, pues la decisión era definitiva, a diferencia de su madre a ella le parecían ridículos esos pequeños pedazos de vida, o como ella prefería decir, pequeños pedazos que la vida había dejado olvidados y no estaba interesada en buscar o siquiera acordarse de ellos.
Dijo la pelirroja mujer, con una risita atrapada entre los labios. La mujer estaba en lo correcto ya se podían ver las primeras formas, de la villa a lo lejos.
A poca distancia, la villa permanecía, en silencio, a la espera, el viento soplaba lentamente acariciando las casas, removiendo las hojas del suelo, haciendo sonar las ventanas.
< ¡Genial!, mi peor pesadilla vuelta realidad> exclamo la joven, mientras cruzaba sus brazos sobre su dorso y torcía el ceño.
Las calles los conducieron , por un laberinto hacia otro hasta, que por fin, llegaron a su destino una gran casa de vieja compostura, aun mas que las demás tenia un pequeño patio delantero lleno de pasto verde, que era probablemente el único color visible, la casa tenia un color que seguramente aun no tiene nombre, era de ladrillo pero en algunos lados era oscura y en otros blanca pero si entrecerrabas los ojos cualquiera hubiese podido decir que aquella casa era azul, tenia grandes ventanas, entre estas una puerta pequeña, todo debajo del techo que caía hacia el frente de manera inclinada, con una pequeña ventana en el centro; era una monstruosidad aquella casa, pensó la hija, es bellísima, pensó la madre, el padre solo esbozo una gran sonrisa.
Con prisa empezaron a sacar las maletas del coche, mientras que en su cabeza ya fraguaban los planes del día, pero fueron interrumpidos por la hija que había dejado de refunfuñar en silencio,
El día transcurrió tranquilo, en la cena la madre volvió a recordarle, que no se acercara a los baúles, la hija se remitió a asentir, sabia que su madre por lo general vivía de lo que creía MAS que de lo que veía, una característica que estaba muy feliz de no haber heredado. Mas que agotada, curiosa, subió a su nuevo cuarto, el baúl seguía ahí, tan inmóvil, tranquilo, casi como todos en ese lugar, simplemente a la espera de algo, ella sabia que tenia que esperar, su madre también contaba con un oído casi sobrehumano, sabia bien que al mas mínimo crujido su madre entraría mas rápido que el ruido mismo. Así que tuvo que esperar algunas horas, recostada en la cama, luchando contra el sueño, no sabia por que pero había algo dentro de ella que le decía que esa noche debía abrir el baúl, al cabo de 3 horas, cuando por fin todos los ruidos de la casa, se afinaron al mismo tono, para empezar con la obertura de la sinfonía de la noche, supo que era el momento.
El baúl estaba ahí enfrente de ella, lo volvió a tocar suavemente, el broche era grande, pero viejo, un jalon lo suficientemente fuerte y cedería, jalo con mas fuerza de la necesaria, tanto que callo de sentón en el suelo, sin poder quejarse simplemente se recostó en el suelo, unos segundos después tiro el viejo broche en su cama para evitar hacer ruido, y levanto la pesada tapa, como quien descubre un tesoro no tenia mas luz que la de la luna plateada, que para su beneficio se encontraba en luna llena e iluminaba toda la habitación. Para su sorpresa en aquel cofre del tesoro, no había nada que un humano materialista podría haber considerado un tesoro de verdad un montón de papeles viejos, y cartas, la decepción no tardo mucho en llegar, cuando vio que si había algo de valor ahí, serian solo las estampillas,
Rodrigo:
Mi dulce amado, ¿Dónde estas?, por que te has ido de mi lado, te he buscado, día y noche, tengo tanto, miedo, de que mi corazón te haya empezado a olvidar, se que si te olvido, perderé todo lo que amo y por consiguiente me he de olvidar a mi misma.
atte.: la que de ti ya es una parte. Aurora
Una extraña brisa empezó a soplar, golpeando la ventana, parecía buscar, su camino hasta entrar en la habitación, la joven pudo sentirla en su rostro pero la ventana seguía cerrada, las cartas empezaron a volar por doquier se movían a un compás diferente cada una de ellas, la joven trato de levantarse para cerrar la ventana, solo para darse cuenta de que esta ya estaba cerrada, este viento no pertenecía aquel, que en sus intentos frustrados por entrar y unirse al otro que yacía en la habitación ,golpeaba la ventana, por un momento pudo sentir un frió escalofrío en su espalda, sopeso la idea de voltear y ver de donde venia el extraño viento, o salir corriendo hacia la puerta que cada vez se volvía una opción mas tentadora, sin embargo sabia que de no voltear su orgullo no se lo perdonaría, casi como la vez que creyó que aquel suéter verde que estaba debajo de su cama era un monstruo que la llevo a no poder dormir en un mes, hasta que su madre lo encontró, desde ese día, no deja que el temor la vuelva vulnerable, apretó los puños y se dispuso a voltear, la corriente aire había desaparecido y la habitación seguía igual los rayos de luna dejaban una vista muy clara, suspiro profundamente , al mismo tiempo en que libero los puños,
Una voz proveniente de algún lugar que por alguna razón, la joven se rehusó a identificar, resonó suavemente,
Y así fue, como delirio comenzó el relato aquel, de aurora, la mujer que solía vivir en esa casa, aurora había vivido en aquella casa hasta el día de su muerte, una mujer de carácter fuerte, sobreviviente de la vida que le había tocado vivir, hija de el hombre mas rico de la villa, claro cuando esta aun estaba llena de vida , por los años 40 cuando al menos un conglomerado de 20 familias vivían en el lugar, Aurora además de ser conocida por su familia también era bien conocida por su belleza, pues a la edad de 18 años era de las jóvenes la mas bella, y según ella la mas afortunada, pues además de tener una vida de comodidades asegurada estaba comprometida con el joven mas solicitado del lugar, de buena familia, y bien parecido, que estaba perdidamente enamorado de ella y si así era como su vida parecía estar hecha con el único fin de complacerla y hacerla feliz, hasta que un día la realidad toco a su puerta, en forma de carta con una bella caligrafía en hojas blanca y brillantes, ella supuso una carta de amor de su futuro esposo estando tan cerca de la boda ya casi podía sentir las palabras de amor que este le habría dirigido, con solo tocar la carta, jugaba con la idea de lo que podría ser, un soneto, un poema, una canción….
Abrió con delicadeza el sobre y Lezo las primeras líneas:
A mi querida Aurora:
No tengo palabras, para describir mis sentimientos por ti querida mía, así como no se si tengo palabras para decirte lo siguiente, es mi deber informarte que por mas que mi corazón te adore, no podré corresponderte en el altar, como ya estaba dicho, mi padre esta en bancarrota, el mismo al enterarse ha caído enfermo de gravedad por lo cual yo y mi madre hemos decidido llevarlo a la cuidad para que lo puedan atender, desafortunadamente ahora que soy pobre no tengo nada que ofrecerte y se que mi corazón no es suficiente, por esto he decidido unirme al ejercito, pues la vida sin ti no es vida, quiero que sepas que yo siempre seré tuyo y si es que logro un día regresar lo Hare con fortuna para ofrecerte, sin embargo no te pido que me esperes tu debes ser feliz.
Hasta que la vida nos vuelva a cruzar en sus caminos
Rodrigo
La carta cumplió su cometido destruyendo la pequeña y feliz vida de Aurora, que se dedicaría por muchos años después de esta carta a escribir, incansablemente mas de 1000 cartas, todas dirigidas a Rodrigo, algunas las envió, siempre regresaban a sus manos, otras simplemente las olvido, incluso algunas le fueron robadas por su sirvienta de muchos años, que las vendía en la plaza a los jóvenes enamorados por algunos centavos, que después usaba para comprar esos chocolates que tanto le gustaban a Aurora los que Rodrigo le regalo la primera vez que se vieron.
Como todo en la vida los años no tuvieron piedad , en la pobre Aurora, al cabo de unos pocos su padre murió de neumonía seguido por su madre al caer de las escaleras cuando bajaba para decirle al doctor que su esposo había muerto, ella decía que era como si hubiesen estado unidos por una cuerda invisible que no estaba dispuesta a romperse ni siquiera por el paso de la muerte, Aurora no se caso jamás escribir cartas se convirtió en su razón de vivir solo hasta que la artritis se lo volvió casi imposible es que se abandono en una cama en donde obligaba a su sirviente a leerle una y otra vez aquella carta que Rodrigo le había dejado aquel fatídico día, así estuvo alrededor de 2 años hasta que delirio le hizo una visita que ella esperaba con emoción , sus ultimas palabras fueron
Y así delirio termino su historia, claro no agregando su participación en la misma detalladamente.
“la curiosidad nos lleva a perseguir horizontes, que la razón no alcanza a entender”
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Últimos comentarios sobre este cuento
Nombre: marta rivas
Comentario: El argumento tiene mucho potencial, especialmente la parte en que la aparicion cuenta la historia de aurora (al presentarse hizo una interesante introduccion. Despues su relato perdio fuerza). El final es insulso. Muchas de las descripciones son vagas."En que la vida permanecÃa tranquila, fue que lo inesperado se puso en marcha, el sol radiaba su luz, el viento cauteloso a la espera de lo que estaba por venir"... esto por ej. podrias mejorarlo.
Hago este extenso comentario porque veo mucho potencial en tu cuento, el cual por el momento es malo.