El cerebro del sargento

Un día dos hormigas leían en el cerebro de un sargento. La primera estaba satisfecha pero la segunda se encontraba incomoda. Un día la segunda inconforme le dijo a la primera.

- No quiero seguir leyendo.
- ¡Cómo que no quiere seguir leyendo! – replico la primera.
- Así es – contesto la segunda – no quiero seguir leyendo. Su rostro deprimido me hace daño.
- No importa – dijo la primera. Lee hasta que yo te diga.
- ¡No puedo leer más! - replicó la segunda – no miraré su rostro deprimido.

Y se marchó del cerebro del sargento.