Tiempo permanente. Cuentos cortos románticos


Tiempo permanente

Autor: Marielena Mendoza González

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Cuento publicado el 15 de Octubre de 2015


Estoy en estos momentos en los cuales me siento algo confundida… pero me pongo a pensar y resulta que he estado de esta misma forma durante meses sin saber que hacer, que pensar o que decisión tomar.
Si pudiera hacer algo imposible seria volver el tiempo atrás… muy atrás.
Recuerdo que hace un par de años no tenia preocupaciones de este grado. Realmente era feliz y vivía el día a día tranquila sin problemas, era libre como mis pensamientos.

Definitivamente existen muchas cosas que quisiera cambiar…

Sé muy bien de que de los errores se aprende pero… es necesario tanto dolor, sufrimiento y lágrimas de por medio ?
Es necesario recibir sermones, retos o que te encaren de cosas que tú ya te has planteado?
Claro que no... No es necesario.
Hay cosas que jamás entenderé pero no me importa para nada, pues, no quiero entender de cómo hacer sentir más culpable a una persona que probablemente ya está arrepentida de sus errores.
Es tonto y también un desahogo egoísta que espero nunca más usen contra mi y ojalá nunca caer en ello también.

Fui tan afortunada y lo perdí todo, ósea no todo, pero sí lo que realmente me importaba. Vivía de eso. Al despertar era mi mayor motivo para sonreír. Dedicaba casi todo mi tiempo a aquel tesoro que me empeñé en no perder y lo perdí de todas formas jaja…

Supongo… que lo aprecié de la mala manera porque por algo lo perdí…
tal vez me lo busqué, tal vez tenia que pasar.
Aun no sé la lógica del tema.
Lo único que sé es que me gustaría volver a estar tranquila con mi mente calma, mi sueño regulado, mis pensamientos ordenados pero... No puedo.


Se me hace tan difícil el momento de cerrar los ojos y dejar un día mas sin mi tesoro atrás… mi mente no para de recordarme que lo perdí, no para de hablarme de él.
Es como si esperara todo el día interrumpiéndome de vez en cuando y al llegar la noche se desahogase de tal manera que pareciera gastar todas sus energías almacenadas durante el día.
Es tan traicionera esta pequeña que llego a pensar que no es mía porque no hay modo de que pueda controlarla.

Cada día que despierto en medio de la noche es como si acabara de despertar de una pesadilla… me recuesto en la cama mirando hacia la ventana de mi pieza donde puedo ver las copas de los arboles en siluetas negras y el contorno de ellas con el brillo anaranjado de los focos que alejan la oscuridad de la noche…
Y entonces, comienzo a recordar, comienzo a tomar conciencia así entendiendo que no era una pesadilla, sino mi mente que me hablaba mientras dormía, mi traicionera mente…
Entonces trato conciliar con el sueño nuevamente para poder llegar al amanecer claro y misterioso del día que se avecina.

Al despertar busco algo… busco un motivo para poder sonreír, para poder pasar bien y tranquila el resto del día pensando, meditando, escribiendo, hablando sola frente al espejo y así esperando a que llegue el siguiente día, y el siguiente, y el siguiente, y el siguiente…

Desde que perdí a mi preciado tesoro, pienso en el tiempo que ha transcurrido, pienso que ha pasado muy lento, que siquiera avanza pero que las fechas cambian, que amanece mas temprano y se oscurece mas tarde, que estamos en invierno pero que el otoño persiste en mi…
Desde que lo perdí siento que ningunos de mis sentimientos han decidido cambiar, siento que luchan por permanecer igual y no sé si sea lo correcto dejarlo fluir… dejarlos actuar por si solos.
Desde que lo perdí el tiempo para mí se congeló. El día vivido es el igual al anterior y al siguiente…
Sigo aquí esperando a que algo cambie pero me aferro en pensar que simplemente hay cosas, momentos, emociones, sentimientos y pensamientos que ni el tiempo puede cambiar..

Comienzo a abrazar la soledad, ella me sonríe, yo la observo sin cansarme y ella me envuelve sin cansarse. Comienzo a amarla, después de todo nunca me dejó sola y nunca lo hará hasta que yo quiera lo contrario…

//alex


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