Otra noche que despierto por la madrugada,desde que me mude a esta casa me siento algo extraño,debe ser solo falta de costumbre. Es un pueblo pequeño,mi casa es de las mas antiguas, la gente me mira raro, vecinos me han dicho que vieron a mi hijo en la ventana de arriba con una mascara. Yo vivo solo, no tengo hijos y no creo en fantasmas.
Otra noche que despierto por la madrugada,desde que me mude a esta casa me siento algo extraño,debe ser solo falta de costumbre. Es un pueblo pequeño,mi casa es de las mas antiguas, la gente me mira raro, vecinos me han dicho que vieron a mi hijo en la ventana de arriba con una mascara. Yo vivo solo, no tengo hijos y no creo en fantasmas.
Llego tarde a mi casa y antes de entrar miro a la ventana de aquella vieja y gigante casa y puedo ver a un niño mirando por la ventana. En ese entonces recuerdo aquella historia del pueblo sobre un niño que usaba una bolsa de mascara para ocultar su rostro y que los niños del pueblo lo ahorcaron Tiempo después. Como no tengo miedo de fantasmas subo enseguida y pienso que es algún ladrón o alguien haciendome una broma. Corro a mi habitación, entro y puedo ver que aquel niño seguía ahí parado,me sorprendo,si, pero eso no me detiene a desmascararlo para sacarme la duda. La sensación que tengo me dejo la piel de gallina. Lo que siento al halar aquella bolsa de trapos,es el peso de una cabeza colgando de mi mano y un cuerpo derramandose en el suelo.
//alex
El niño de la bolsa
Autor: Mathias Roma
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Cuento publicado el 16 de Noviembre de 2012
Llego tarde a mi casa y antes de entrar miro a la ventana de aquella vieja y gigante casa y puedo ver a un niño mirando por la ventana. En ese entonces recuerdo aquella historia del pueblo sobre un niño que usaba una bolsa de mascara para ocultar su rostro y que los niños del pueblo lo ahorcaron Tiempo después. Como no tengo miedo de fantasmas subo enseguida y pienso que es algún ladrón o alguien haciendome una broma. Corro a mi habitación, entro y puedo ver que aquel niño seguía ahí parado,me sorprendo,si, pero eso no me detiene a desmascararlo para sacarme la duda. La sensación que tengo me dejo la piel de gallina. Lo que siento al halar aquella bolsa de trapos,es el peso de una cabeza colgando de mi mano y un cuerpo derramandose en el suelo.
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