El viaje

Era un domingo por la tarde, la lluvia se dejaba oir en el jardín, mientras yo en mi habitación repasaba mis lecciones, abajo en el salón se oía a mi madre conversar con mi padre, había estado tres semanas de viaje en Alemania por negocios de la empresa.
Mi padre era gerente de una empresa de automóviles
é íba una vez al mes a fábrica, dicha empresa estaba pasando pon un declive debido a la crisis latente.
Mientras mi hermana Mercedes tres años más joven que yo, estaba haciendo los últimos retoques de maquillaje, pues esperaba con impaciencia a Carlos,su prometido para ir al cine a ver una película de estreno.
¡ Se me olvidaba! vivíamos en un pueblecito muy tranquilo a pocos Km. de Barcelona con 3.200 habitantes.
En la cocina, Julia la asistenta , una buena mujer, entró en la casa cuando yo apenas tenía seis años, era ella la que me cuidaba practicamente todo el día, ya que mis padres por aquel entonces tenían otros trabajos que les restaba parte del tiempo sin poder estar conmigo como hubieran deseado; mi madre era costurera de un taller de modas y mi padre había entrado a trabajar en un taller de reparación de automóviles.
Julia había sido una segunda madre para nosotras, ls pobre ahora ya es mayor y de vez en cuando tiene algún que otro achaque.
Dicha tarde nos estaba preparando una merienda-cena para las 9 de la noche cuando todos estuviéramos en casa, alguna vez mi hermana se retrasaba un poco, cosa que a mi padre no le gustaba, quería vernos a todos en la mesa, él para contar " batallas " de la empresa, y nosotras de nuestros estudios.
Yo estaba acabando la carrera de Empresariales, me faltaba presentar un máster para acceder al título( posiblemente me plantearía entrar en la empresa junto a mi padre).
Mercedes estaba " hincando los codos ", ya que estaba en 3º de Enfermería y aquel curso había suspendido tres asignaturas.
Mi pade me había prometido cuando empecé la carrera que al terminarla me obsequiaría con un crucero por el Mediterráneo, a mi me hacía mucha ilusión conocer Grecia, siempre que podía me ponía a mirar el mapa y soñaba que me encontraba en la isla de Chipre ( la isla de las dos almas, una dedicada a la elaboración del cobre y la otra ligada al mito de Afrodita, diosa del Amor que según la leyenda fué creada desde este mar. Chipre embriaga por la belleza de sus parajes y por la peculiaridad de sus dos caras: la griega y la turca, que ha marcado las tradiciones y la historia de esta maravillosa isla.
El curso estaba llegando a su fín y deseábamos emprender unas pequeñas vacaciones con nuestros padres y el novio de mi hermana por ¡ supuesto !.
Julia, como cada año se iría a pasar unos días de descanso con su hermana de Barcelona, la única familia que le quedaba.
Aquella noche nos comentó papá que podíamos empezar los preparativos para dicho viaje ya que a mediados de Julio, tenía las vacaciones. Al día siguiente pensaba ir con mamá a una agencia de viajes a reservar los pasajes.
¡ No lo podíamos creer que pudiera llegar ese día tan esperado: esta noche no pudimos conciliar el sueño mi hermana y yo, sólo hablando de las bonitas vacaciones, ¡seguramente quedaríamos dormidas hacia la madrugada !
DOS SEMANAS MAS TARDE.-
Una mañana de verano mamá se había levantado temprano para salir al jardín antes de desayunar con nosotras, estaba ilusionada regando la diversidad de flores ( rosas, petúnias, geranios, etc) que adornaban el jardín. Le encantaba pasar horas en él, cuidando de ellas.
Papá como de costumbre llegó a la hora de comer, siempre venía con una sonrisa para todas nosotras, pero aquel día me hizo sospechar que algo no andaba bien, pues su cara estaba congestionada y a la vez una expresión de tristeza.

Antes de volver al trabajo, me comunicó que deberíamos vernos aquella misma tarde en la empresa para hablar de un asunto. Le dije que estaría allí sobre las cinco, me comentó que no le dijera nada en principio a mamá de nuestro encuentro, lo primero que pensé es que la empresa de automóviles estaba en quiebra y tenía de buscar una solución ¡ para mi padre, yo siempre fuí su ojito derecho).
Cuando llegué a la empresa por la tarde, papá en su despacho, estaba de espaldas mirando tras el gran ventanal donde se apreciaba una bonita vista del centro de Barcelona.
Aquella misma mañana le había llamado el Doctor Castillo (Ginecólogo) y amigo de la familia, le había comunicado que quería tener una entrevista lo más pronto posible, el cual papá había decidido ir aquella misma tarde, bastó cruzar una mirada para ponernos en camino hacia su consulta.
UN MES DESPUES.-
Mamá había sido operada de una grave enfermedad. Se encontraba en una habitación de la 3ª planta de una clínica de Barcelona de conocido prestigio. Estaba fuera de peligro, no obstante tenía de someterse a la radioterapia y quimioterapia.
Yo buscaba tiempo de donde no lo había para ir a verla todos los días, ya que me absorbían mis trabajos para presentarme a los últimos exámenes.
Me sentaba junto a ella ¡ muy cerca!y le leía páginas y páginas de un libro escogido de la biblioteca de casa.
Mamá era creyente, y su fé le daba fuerzas para luchar día a día, sentada junto a ella, me acariciaba el cabello y con una sonrisa en sus labios me decía ¡ no te quiero ver triste !.
Una mañana el doctor nos comunicó buenas pespectivas, la quimio empezaba a dar resultados, y que todo íba mejorando. Dejó aviso a las enfermeras de planta que eran muy amables, que fuera trasladada a la 2ª planta en una habitación doble, allí se encontraba una mujer, la cual pocos días antes había pasado por lo mismo que máma.
Dicha compañía a mamá le sirvió para animarse, hablaban, explicaban sus historias y así se les hacía los días más llevaderos.
Una tarde cuando entré en la habitación, ellas no estaban sólas, había un joven conversando con ambas. Me lo presentó mamá, era Victor el hijo de su compañera de cama, había venido de Madrid para visitar a su madre y al mismo tiempo a inaugurar una galería de Arte ( Pintura Modernista), estaría en esta ciudad unas tres semanas.
Durante la tarde tuvimos una conversación muy amena, antes de irse me invitó a bajar a la cafetería y tomar un café. Me dijo que estaba invitada a dicha inauguración, se pondría en contacto telefónicamente la próxima semana y se despidió dándome caballerosamente la mano.
UN AÑO DESPUES.-
En casa reinaba una inmensa alegría, mamá había superado la enfermedad y ella misma nos animó a realizar el viaje a Chipre que habíamos dejado atrás el verano anterior. Decidimos salir aquel fin de semana del puerto de Barcelona, embarcando en el Crucero Magéstic.
Pasamos siete días inolvidables, visitamos NICOSIA que es la ciudad más grande de Chipre donde se gobierna el mayor centro comercial; KHIRIKTIA que se fundó en el VII milenio, era una gran aldea habitada por agricultores, se encontraba sobre una colina y estaba separada al mundo exterior por una gran muralla con varios puntos de accesos.
También visitamos el Museo Arqueológico de Chipre, donde se gobierna una fascinante colección de antigüedades chipriotas de un valor incalculable.
Hicímos una excursión a PAPHOS donde vimos la Roca de Afrodita que según la leyenda nació la diosa de la belleza.
Y por último antes de regresar recorrimos algunas tiendas del tradicional y pintoresco pueblo de OMODOS, donde hay una gran variedad de encajes y artículos de vidrio hechos a mano.
Fué un viaje fantástico, aún nos gusta recordarlo mirando las fotografías que pegué con Mercedes en el álbum familiar.
Al regreso del viaje recibí una inesperada llamada de Victor ( el pintor ) de nuevo vendría a Barcelona a exponer sus nuevos trabajos.
Quedamos para vernos, de dicho encuentro nació una bonita relación que terminó en boda.
Contraímos matrimonio en una pequeña ermita de mi pueblo.Fijamos nuestra residencia en Madrid en un cómodo estudio donde Victor seguiría pintando. Yo pude colocarme en una empresa de Importación y Exportación.
Mi hermana y Carlos se fueron a vivir a un apartamente situado en la parte alta de Barcelona.
UNOS AÑOS MAS TARDE.....NAVIDAD.-
Lo que más aprecio en estos días navideños es poder estar todos reunidos, viendo a nuestros padres algo mayores con los cabellos de un tono blanquecino y con la alegría que reflejan al poder compartir con nuestros hijos pequeños, junto al pesebre, unos tradicionales villancicos de Navidad.