El tañer de un mundo mágico. Cuentos cortos fantásticos


El tañer de un mundo mágico

Autor: Jeison Villalba

(3.53/5)
(67 puntos / 19 votos)


Cuento publicado el 15 de Julio de 2008


Ya en el oscuro pueblo, rondaban por las calles personas cuyas apariencias enigmáticas extenuaban mi endeble presencia. Los veía volar como aves empedernidas, disertaban entre sí su ingrávido sonido, y aunque leve era el canto, amargo y negro su escandaloso llanto.
Observé más allá de ellos una presuntuosa niña; lucía tales vestiduras de fragancias exquisitas y sonreía de cerca a los arcanos espectros. Esgrimían éstos al ver a tan funesta jovencita, sus ojos que parecían de exuberantes bolas lisas.

–Acariciadle pues a nuestra nueva ama –dijo uno de ellos a los demás.
–¿Es esta nuestra dirigente soberana? –preguntó uno de estos.
-Sí, esta es... –respondió con seguridad–. Levantadla y llevadla al castillo. ¡Ha de empezar lo que ya está escrito!
Sin más, tomaron a la presumida niña, se montaron en sus caballos y se marcharon por un sombrío camino.


Quedé confuso al ver tal cosa. Mi piel se erizaba como pasa; mi ropa un poco húmeda y mi alma cabizbaja por el horror que allí vivía. El viento soplaba helado avisando la pronta llegada de la noche y en cada esquina de aquel sitio, se observaban siderales fosforescentes que aclamaban una vez más la imparable oscuridad.


Luego vi como descendían de las montañas tiernos caballos reales; en sus patas llevaban pequeñas plumas; en sus colas, unas ligeras lanas rosas; y en sus lomos, paseaban a aquella jovencita de presencia vanidosa que con una feroz mirada aplastaba a todo el pueblo.


Me acerqué temeroso a uno de los que allí estaban; le pregunté por el lugar, la gente y por esos singulares seres. Me dijo que se llamaban Zeodontes y que su adalid era un centauro griego de formidable raza. vivían ya hacía mucho tiempo en el lugar, pero habían estado resguardados por una antigua leyenda mágica, la cual narraba la historia de una poderosa piedra hechizada. Ésta poseía la virilidad de un héroe caballero que luego, más tarde, sería obsequiada a una mujer de empañados ojos y de rozagante presencia.
Tal vez por eso los Zeodontes andaban agitados, pues según la piedra, o tal vez la mujer que la portaba, habían sido removidos de su panteón.


Me pareció una sugestiva historia; narrada con la tenue voz de aquel senil humano. Me interesé en ella, y ya que estaba allí, decidí buscar en ese extraño mundo algo que se pareciera a tal leyenda.
En anciano que me había contado, me aconsejó que no interviniera en nada que tuviese referencia a los Zeodontes; eran seres muy grotescos y despiadados que no les importaba matar y aún peor, comer de la carne humana.

Le dije que no se preocupara, y aunque muy dentro de mí un pánico azotaba mi frágil lecho; me llené de color, mi pecho se engrandeció y mis brazos se inflaron como sapos. Estaba muy asustado...


Empecé a buscar información en el pueblo. Pero nadie me decía nada, todos estaban afligidos y en cierta forma le temían al poder de Zaros: el líder de los Zeodontes.
Comencé a visitar sitios históricos del pueblo, pero todo era muy confuso, no había nada que me sirviese allí.
De camino a la rotonda, observé a un ligero ratón escabullirse por entre unos matorrales, lo seguí de cerca y cuando ya casi lo tenía entre mis manos, se abrió una cristal plataformica, y frente a mí un espectáculo maravilloso, un ritual antiguo donde los Zeodontes cargaban entre corpulentas mantas a su diosa en algazara.
Era maravilloso. Me entretuve tanto que en un descuido pisé el límite entre la plataforma de los Zeodontes y la del pueblo agobiado. resvalé y caí en mitad de tan grandioso acto. Con sus furibundos ojos querían apuñalarme, sangrarme e incluso matarme. Tomaron sus espadas y con sus fornidos cuerpos me persiguieron por todo el palacio, mientras yo corría con todas mis fuerzas para salvar mi vasta vida.


Buscando un lugar donde ocultarme, entré al misterioso alcázar, subí las escaleras y me escondí en un íntimo cuarto de luna. Mi mente me decía que no me dejase ver, y mis sentidos me avisaban de las pisoteadas y resonantes cóleras de aquellos temibles seres.
Cuando ya mis esperanzas se habían agotado y los Zeodontes estaban frente a mí, se encendió una leve llama proveniente de un espejo cóncavo. Era el reflejo de un rayo tenue de luz que insidia de la majestuosa presencia lunar. Los ojos de los Zeodontes se dilataban como mercurio, sus casquetes y armaduras caían como pulgas y perros en peste. Entonces un gran rayo se acrecentó, como si la refracción hubiese cambiado de ángulo y en mis ojos un espejismo me nombraba frágil verdad:

“El dios del fuego, del aire, y de la tierra crearon una piedra mágica y poderosa, la cual tenía indescriptibles poderes y sólo un hombre valiente y veraz la podría tener entre sus manos. Con el tiempo la oscuridad fue llegando y consigo luchadores emulases que sólo venían por la preciada piedra. Pero ninguno fue capaz de encontrarla, ni siquiera el gran héroe que narraba la leyenda”. Él solo fue un caballero falso que presumió ante todo un pueblo haber encontrado tal piedra pero todo era una falsedad.

Los Zeodontes se crearon a causa de este mito, y se plantearon como misión proteger la integridad de la piedra y seguir los estatutos del gran héroe histórico.


La mujer modesta, era sólo una representación religiosa inculcada por el líder centauro, con fin de promulgar cada vez más su creencia.


La piedra aún existe... el vano mundo aún sobrevive. A cada instante lo visitamos, a cada instante acudimos a él, sólo basta darle prioridad, para que la piedra mágica brille una vez más.

//alex


¿Te ha gustado este cuento? Deja tu comentario más abajo
(Nota: Para poder dejar tu comentario debes estar registrado.Todavía no lo estás? Hazlo en un minuto aquí)

 

Nombre:

email:

Contraseña de usuario:

Comentario:

 

Últimos comentarios sobre este cuento

Fecha: 2008-09-26 09:43:49
Nombre: b
Comentario: 1 muy buen kuento


Fecha: 2008-07-23 12:50:59
Nombre: dracko
Comentario: que buen cuento me gusto mucho una felicitacion al escritor



Fecha: 2008-07-22 13:14:50
Nombre: Diego
Comentario: Muy bueno es una obra muy dificil de hacer, por lo tanto felicito al genio que la escribió.
saludos.


Fecha: 2008-07-21 16:43:36
Nombre: Gonzalo
Comentario: WooW!
excelente cuento, es una mezcla de realismo y fantasía... hace que el lector que de asombrado..
Felicito de corazón a este autor..
saludos.