A García le tocaba comandar mas de la mitad de las tropas nativas en la guerra Hispano-Cubana. Ya hacia el año 1870 los Estados Unidos de Norteamérica no ocultaban sus apetencias hacia Cuba. La expresión "Cuba para los cubanos" era popular en el país y complementaba graciosamente el eufemismo "América para los (Norte) Americanos" que aún hoy es notable. Por eso, los yankis no perdieron ocasión de intervenir, con el fin de "ayudar a los pobres cubanos a sacudirse de encima el yugo español". Los presidentes Ulises Grant y Grover Cleveland prepararon el terreno con mentiras y medias-verdades hasta que Guillermo Mc.Kinley decidió de facto dilucidar el asunto mediante agresión contundente, primero en el territorio cubano y luego contra la propia España.
La ocasión la pintaban semi-calva. Faltaba la excusa y esta se presentó en febrero de 1898 cuando una poderosa explosión echó a pique el acorazado "Maine" frente a las costas de La Habana, evento donde murieron 260 norteamericanos. Horrorizada e indignada la "opinión pública" clamó venganza. En abril de ese mismo año, los Estados Unidos declararon la guerra a España. Mas tarde, el 1ro. de julio, el famoso regimiento de caballería "Rough Riders" comandado por el no menos conocido Teodoro Roosevelt, hicieron movilizar la ya poderosa maquinaria propagandística para anunciar con trombitas y trombones la toma de la Loma de San Juan y con ello, el Puerto de Santiago por parte de "los aguerridos soldados norteamericanos, que con altruísmo sin par ayudaban al pueblo cubano a liberarse de España".
El evento de el U.S.S. Maine jamás fué aclarado satisfactoriamente. Los pétalos del boquete abierto en el casco sufren constantes variaciones respecto de su inclinación, hacia dentro o hacia fuera según el informe de uno u otro bando. Mes y medio antes, el gobierno estadounidense había comisionado a James Rowan para llevar un mensaje al general Calixto García quien se había colocado voluntariamente a las órdenes de los yankis. Rowan era un esforzado y devoto sargento que se había destacado por su valor y eficiencia dentro del ejército de la Unión llevado por su rectitud y bonhomía, pero cuando tuvo el mensaje a García en su poder, acuciado por su extremo sentido del deber y al sospechar que podía estar realizando un acto grave a la ética de la guerra (¿pero tiene la guerra principios éticos?), abrió cuidadosamente el sobre lacrado y leyó su contenido. De lo que allí se enteró lo dejó horrorizado. Entre otras muchas barbaridades le ordenaban a García que se encargara a costa de lo que fuese, incluyendo traición, calumnias y asesinatos, de mantener inmovilizadas a ingentes fuerzas españolas con el fin de que no fuesen lanzadas en contra del contingente estadounidense. Asímismo, el general debía estar atento para recibir y acopiar el cargamento de una fragata que atracaría a mediados de enero, de noche, en una caleta dominada por sus fuerzas. Entre los artículos que debían desembarcar encontrábanse algunos no tradicionales. Veneno por ejemplo. Llamole la atención a Rowan el informe, con instrucciones precisas y clasificado SECRETO, de un grueso cargamento de explosivos navales no aptos para cañones ni rifles. También se describía en el contenido los materiales y planos para armar tres artefactos, cualquiera de ellos más que suficiente para hundir un gran buque blindado. Espantado, el sargento lacró de nuevo el sobre y lo selló prolija y falsamente con la hebilla metálica de su cinturón. Al fin y al cabo ¿qué diablos sabía García de lacras y sellos?. Presa de angustia y de sentimientos encontrados, Rowan concluyó que el deber era el deber... y siguió su camino.
Concluída su misión, el sargento fué recibido en Washington por el propio Mc.Kinley. Entre medallas y ascensos el gobierno informó a la "prensa libre" el apoteósico éxito de la entrega del mensaje a García. Su hazaña le dio la vuelta a mundo escrita en panfletos y folletos y traducida a varios idiomas.
Pero acontecimientos extraños estaban por suceder.
Después de esperar riesgosamente tres noches con su días en la caleta sin rastros del general ni de alguno de sus hombres, la fragata no tuvo mas remedio que regresar con todo su cargamento. Presa de gran indignación, el gobierno estadounidense recibió desconcertantes informes de Roosevelt quien aseguraba que "el general Calixto García no había hecho literalmente nada".
En realidad, García había certificado el recibo del mensaje con su propia contraseña secreta que envió de vuelta con el propio Rowan. También era cierto que cumplió cabalmente con las misiones mas anodinas que le ordenaron.
Pero lo más importante ¡ay! no se producía.
Los días corrieron inexorables y el gobierno de Mc.Kinley debía actuar según la cronología planificada. No se produjeron envenenamientos masivos ni fusilamientos ni traiciones notables. El Maine seguía incólume, anclado "pacíficamente" frente a La Habana aunque representaba un blanco excesivamente fácil. Si no fuese un pensamiento satánico, podría decirse que fué colocado allí deliberadamente. García resultó pues un canalla traidor. Había que actuar... ¡y rápido!
Bajo una fuerte nevada en su rancho de Montana el teniente James Rowan conversaba con su anciano padre al calor de la chimenea.
-Según tu opinión, James, ¿porqué García no cumplió las instrucciones de nuestro gobierno?
-Claro que sí, viejo. Las cumplió al pie de la letra.
-Entonces, (insistió el anciano) ¿porqué el gobierno está indignado con él y le ha puesto precio a su cabeza?
-La guerra (respondió Rowan) estaba ganada incluso sin nuestra intervención... no era necesario mas derramamiento de sangre.
El viejo se acomodó en el sillón. Escupió un negro salivazo al fuego y expresó: fué un acto demencial de maldad que los españoles hundieran el Maine. El buque no había intervenido para nada ni Estados Unidos pensaba inmiscuírse en un conflicto ajeno... Es algo inexplicable. (Se colocó la pipa en el mentón y repitió) I-NEX-PLI-CA-BLE.
El teniente enrojeció. Sus ojos confundieron sus chispas con el fragor de las llamas, se paró lentamente y entró en su habitación. Al regresar, lanzó sobre las piernas de su padre una mugrienta cartera de cuero y casi gritó: ¡Ahí está el mensaje a García... léelo!. Nunca lo entregué. Lo que García recibió y ejecutó fué mi propio mensaje, escrito por MIS propias manos. ¡Ni los cubanos ni los españoles hundieron el barco!
El anciano se irguió en su asiento. Abriendo tamaños ojos preguntó: Entonces... ¡Entonces! ¿Quién lo hizo?
Levantando la cabeza y entornando los ojos azules, Rowan tronó: -Huele a azufre, viejo. ¡FUÉ EL DIABLO!
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Últimos comentarios sobre este cuento
Nombre: Cèsar Muñoz
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aabad62@hotmail.com
Todos han sido (y serà n) contestados. Gracias.
Fecha: 2011-10-21 18:04:29
Nombre: Cèsar muñoz
Comentario: PARA SERGIO21MANUEL Y LOS DEMÃS AMIGOS QUE ME HAN ESCRITO. Pueden leer todos mis cuentos en este mismo portal bajo los seudònimos de: ---Cèsar Muñoz---aabad62---Xuxo-Pereira---Jesùs Pereira---.
Gracias por los conceptos. Respondo todos los email recibidos.
Fecha: 2010-08-03 13:30:37
Nombre: joficarlet
Comentario: Estoy impactada! siempre quise saber más allá de lo que nos expresaban los folletos y libritos... pero nunca pensé que fuera tan interesante!Con que facilidad expresas en un cuento corto todo lo que pudiese estar oculto... Que éxito!Gracias César por tus cuentos están llenos de aventuras Historia,comicidad y con una perfección y sabidurÃa única, que te caracteriza...
Fecha: 2010-02-25 18:09:15
Nombre: antonio
Comentario: huele a azufre! esa es la puritica verdad. mas auténtico no puede ser ese cuento hermano
Fecha: 2010-02-10 08:59:09
Nombre: Manuel Ibarra
Comentario: Hola amigo, Cesar, muy bueno tu cuento (Mensaje a Garcìa), felicitaciones chaoooooo
Fecha: 2010-01-29 15:45:42
Nombre: melesio
Comentario: ¿Qué te puedo decir, estmado Cesar?
Tus últimos dos cuentos son contundentes y escritos de una manera buena, muy tuya, pero buena.
Saludos hasta venezuela.
Fecha: 2010-01-26 11:19:28
Nombre: César Muñoz
Comentario: No, no. La quimera de cocodrilo-anguila eléctrica-piraña es de una mente más enfermiza que la mÃa: El genial Julio Verne en "El soberbio Orinoco"
Gracias por los comentarios. Son mucho más edificantes que la puntuación.
Fecha: 2010-01-25 09:22:23
Nombre: Ivan Muñoz
Comentario: Un poco de historia, de la cual deberiamos saber todos, es costumbre para E.E.U.U. crear un motivo para entrar en una guerra conveniente, y lo han hecho varias veces en el transcurso de de su historia, llena de agresiones, han provocado y permitido la muerte de miles de norteamericanos para lograr su cometido: El Maine, Pearl Harbor, Las Torres Gemelas, han sido las mas importantes, siempre movidos por sus intereses economicos.
Fuera de todo esto, siempre dijiste que ibas a contar la historia de como Rowan sorteaba las montañas, las selvas llenas de animales salvajes y los rios infectados de caimanes y pirañas que transmitian descargas electricas a quienes las tocaran... todavia no has echado ese cuento !!!
Saludos y felicitaciones esperaremos con ansia los proximos cuentos !!!