Cuento para un amor

El sol de la tarde se asomaba por ultima vez por detrás de las montanas de Saitama al norte de Tokio, como tratando de asegurarse de que todo mundo hubiera recibido su dosis diaria de sus rayos. Recien bajaba del tren que lo habia traido ahí desde el centro de la gran metropolis y los nativos lo acosaban por los cuatro puntos cardinales sin tregua.

No era muy tarde, en realidad eran solo las 8.25pm, pero en estos tiempos de invierno el sol se oculta tan rapido que es facil perder el sentido del tiempo sin darce cuenta. Se preguntaba una vez mas el porque estaba aquí, viajando hora y media desde su lugar de origen por los rumbos de Kawasaki a las afueras de Yokohama, en la frontera entre el area de Tokio y Kanagawa; parado, soportando a cuanto loco en el tren, en medio de este mundo de gente, y ahora los ultimos pasos a la salida le pesaban con toda su alma.
Ni loco hubiera venido a visitar tanto esta estacion con tanta frecuencia, se decia el mismo. Pero la razon era otra. No era trabajo, fiesta, u otro tipo de obligacion donde tenia que viajar por lo menos tres veces por semana (habia veces que hasta mas).
No, la razon era Ella.

Sabia, y lo aceptaba de que era ella la razon principal por la cual viajaba con tantas ganas a este rincon del Japon a las faldas de las montanas. Siempre fue ella por la cual lo hacia. Nada mas ella.

Y hoy, cuando recibio su llamada, acepto sin pensar la invitacion que le hacia de que la visitara por la tarde. Vivia por esos momentos.
-“Puedes venir hoy a verme?”, le habia preguntado en el telefono.
-“A que horas?”, fue todo lo que pudo decir, lo unico que queria saber.
-“Entre 8 y 9pm de la noche, cuando salgas del trabajo; voy a estar sola, mi room-mate va a estar trabajando hasta tarde, y muy capaz que no vuelve hoy a dormir, eres bienvenido para quedarte a cenar si gustas. Quieres?”, le pregunto.
-“Claro! Me gustaria mucho pasar a verte por un par de horas”, le contesto el, esperando que no escuchara la emocion en su voz al ser invitado, y asi verce descubierto de que estaba muriendo por verla. Hacia varios meses que no se sentia bien, desde que la habia perdido como pareja.
-“Bueno, te dejo, tengo que hacer unas compras ahora, pero te veo como a las 8.30pm”, le dijo ella.
-“Ahí estare”, le contesto, “cuidate, te veo pronto.”
-“Bueno, ven pronto”, se despidio ella, “besos”. Y rio, y su risa sono como un sueno. Y volvio a sentir ese amor por ella que no lo habia dejado desde ese dia un tiempo atras.

Unos meses atrás habian decidido volver a ser amigos despues de haber compartido tanta vida juntos. Por varias razones hubieran podido haber terminado esta relacion, dejarlo asi y volver a sus vidas de antano, pero el amor que existia entre ellos los unia de otra forma. Tenian que tratar de ser amigos para honrar ese amor que de una manera u otra era suyo y de ella. Cada uno lo sabia, pero era dificil ponerlo en palabras; solo existia el hecho de que el por ella podia haber hecho cualquier cosa por tenerla contenta...y a su lado; y ella sabia que el separarse de el significaba en no vivir con una sonrisa en sus labios, un calido sentimiento en su pecho, y recibir unas caricias, dadas desde el corazon, en su cabello, sus manos, sus mejillas. Sus manos siempre fueron asi, siempre fueron parte de su propio cuerpo, las sentia en ella cada vez que lo miraba porque para el siempre fue lo mas natural el amarla.
Cuando ella le pidio que volvieran a ser amigos, el mundo no se vino encima de el por la sencilla razon de que no la perderia. Ya su amor habia roto demaciados obstaculos para estar con ella, para demostrarle que su amor era sincero, sabia que ella no olvidaria aquello, esto, todo lo que el habia hecho por ella, para estar asi, juntos y felices. En ese momento solo pudo asistir con su cabeza, y aceptar lo que ella le ofrecia por las razones dadas, por la unica razon por la cual la podia dejar ir. Pero el lo sabia, y ella lo sentia, que este no seria el ultimo dia que estarian juntos amandose. Ya habria mas dias, mas momentos, cuando volverian a decirce que se amaban...y ahora estaba aquí, a unos minutos de su casa. Sabia lo que pasaria, y la emocion le hacia sentir su garganta seca...apuro el paso.
Y el puto frio se le calaba entre los pantalones, la remera y por el cuello entre las ranuras de la bufanda. Un sin fin de gente se movia de aquí-alla y por todos los rumbos en camino a casa, del trabajo, enamorados, amantes.

Perdon, creo que debo de presentarme, al fin y al cabo soy el narrador de esta historia de amor. Me llamo...bueno, no creo que venga al caso, pero cabe decir que soy, y he sido, gran amigo de esta persona de la cual estoy relatando este capitulo de su vida. Me se todo acerca de su vida y por lo cual me siento con la libertad de contar tal privados momentos de los cuales son algo, como podria decirlo? Graficos? Lo dejare a su propio criterio.
Bueno, estas lineas son siendo escritas para que algo quede para la posteridad, por algo que se vivio un dia, y para que siga vivo ese sentimiento que con un poco de amor un dia vivio, para luego morir.

No son todos los dias cuando se llega uno a enamorar, sabian? Esos momentos llegan, para algunas personas en un instante, para otras hay momentos que, aunque pequenos, se van acumulando y forman una cubierta multi-color, como una alfombra Persa que se convierten en amor, momentos vividos, y un universo de recuerdos que no son faciles de borrar. Porque el amor no solo se da y se espera que llegue naturalmente a uno. No, al contrario, el amor se da, y se da, y se da de nuevo, y cuando ya no hay nada que dar, se sigue dando de otra forma porque sigue siendo amor pero ahora disfrazado de un profundo sentir que solo el tiempo nos da. Y ya toma forma, y se transforma en un algo mas grande que uno porque ya es demaciado bello como para saber donde empezo y al que no se le ve final; asi le dio a ella su amor, con detalles, caricias, atenciones y palabras que nunca habia escuchado de parte de nadie. Y cuando el todavia le decia, meses despues, que la amaba, ella todavia preguntaba, “Porque?”...se le era una cosa desconocida el sentirce amada sin haber hecho algo espectacular. No creia que el amar a alguien asi era algo tan simple pero natural para un corazon solitario como el de el. Para un corazon hambriento de amor y ternura como el lo necesitaba, porque se encontraba perdido sin un centro que lo atara a otro ser humano, a una mujer, para volver a sentirse un hombre nuevo.
Fue tan bello enamorarce de ella, y nunca lo repitiria de nuevo. Siempre se lo decia, “Eres especial para mi, sabes? Te amo, y te quiero tener a mi lado”. Ahora ella reconocia ese amor como lo que era, puro y sencillo. Pasionado y tierno. Y era para ella todo ese amor que nunca pudo haber comprendido en nadie mas.

No quiero empezar a contar el “como”, ni el “cuando”, ni mucho menos el “porque”, simplemente se fueron enamorando, simplemente sus vidas prioridad para el uno y el otro. El pensando en el para dedicarce a ella totalmente, y ella creando en si a una mujer que pudiera darle todo a el para que fuera el mismo hombre bueno de siempre con ella. Cuidando de diferente manera, para que el amor no muriera, para ser feliz.

Se formo ese amor con confianza, palabras dichas, hechos realizados, muestras de afecto y caricias furtivas que poco a poco fueron dejando a un lado el pudor social.
Y ahora, meses despues, estan ahí para ser vividos por los dos. Es solo un amor sincero que no tiene descripcion, es un amor de los que siempre se suenian, pero que rara vez llega a uno.

Pero hubo por un tiempo un “punto y aparte”...y aunque las condiciones para este amor hayan cambiado, se seguia viviendo este amor de otra manera; mas bien era un “punto y coma.”

Cuando llego a la parada del bus se da cuenta de que el sol ya se habia metido por completo y solo quedaban los ultimos destellos color naranja por los cuales Japon es tan conocido.
La linea al bus no era muy larga asi que decidio esperar. Tenia todavia otros 15 minutos para llegar a su casa y sabia que no tomaria tanto en llegar el siguiente autobus.
Volvio a sacar el celular de su bolsillo para mirar su ultimo mensaje, -“te estoy esperando en pelotas!”, le habia escrito ella. Solo sonrio al leerlo de nuevo, sabia que no era verdad. Ella era tan friolenta que se la podia imaginar cubierta con todo tipo de ropa para mantener el cuerpo caliente.
-“Estoy esperando el bus, te veo en 10 minutos”, le escribio para avisarle de su eventual llegada.
Volteo a su alrrededor y miro que la linea ya habia aumentado el doble desde que llego. Ahora habian mas estudiantes, y trabajadores de oficina en la cola, todos volviendo de sus respectivos trabajos, citas, y/o obligaciones.
Las estudiantes con sus minifaldas, y cubiertas de colegio, y los “businessman” con sus gestos de estar constipados.
Cualquier extranjero recien llegado al Japon pensaria que la gran mayoria de los habitantes sufren de problemas estomacales por las caras que se suelen ver en la calle. Agrias, torzidas, ceno fruncido...todo un trapeador facial.

Piiipiiipiiipiiii.....piii piii piii piii....sono su celular, lo tomo y miro el mensaje,
-“Te estoy preparando un cafe, dos cucharadas de azucar, no?”. Sonrio. Siempre tan atenta con las cosas que a el le gustaban.
-“Si, gracias, dos cucharadas. Y un poco de leche...gracias por recordar lo que me gusta”, le escribio y preciondo el boton de “send” en el celular.
Siempre le habia gustado el venir a verla a pesar de la gran distancia que los separaba. Sentir su compania. Verla y abrazarla era para el todo, vivia para esos momentos cuando podia tenerla en sus brazos y decirle lo que sentia dentro de el. Y lo mas importante, reirse con ella de todo!...Y todo por ella, sentia esa libertad y mas. Todo se sentia correcto cuando estaba ella junto a el. Ya sentia su presencia aunque todavia le faltaban un par de kilometros y varios minutos para verla.

El bus finalmente llego y la gente empezo a moverce hacia el frente, todo mundo queriendo estar en un lugar un poco mas acojedor. Subio al bus y decidio pararce inmediatamente atrás del conductor. Eran solamente cuatro paradas y no tenia caso irse sentado, despues seria mas dificultoso el bajar.

Llego la hora de salir y el bus empezo a moverce justo cuando sintio que el celular recibia otro mail.
-“Te dejo la puerta abierta”, decia, “y mis piernas tambien!”, no pudo evitar sonreir, y hasta reir un poco al ver el correo. Sus comentarios, tan abiertos y faltos de pudor le hacian reir tanto. Algunas veces lo dejaban colorado con tan atrevidas palabras, pero le gustaba que se sintiera libre para ser como ella quisiera ser. Y a ella le gustaba haerlo sentir asi, mirarlo tornarce rojo por sus palabras. Nunca le habia dicho algo con la intencion de callarla e impedirle que no fuera ella. Sin esas palabras ella no podia ser tan bella, y todo lo que hacia, o decia, la llenaba de esa belleza que formaba su manera de ser, inocente cuando lo queria, pasionada con cada beso, y un mar de ternura una vez que la tranquilidad de la cama los habia domado a los dos. Pero siempre con el. Eso la hacia mas bella aun.

Sintio una mirada sobre el y miro a su izquierda. Era una senora que se le quedaba mirando como leyendo su mente, y se sintio algo cohibido, como si realmente le hubiera leido su mente. Volvio a mirarla y la anciana se habia ya volteado a ver a alguien mas. Le dejo de poner atencion y penso en lo que estaba por pasar.

Al bajar del bus camino al atajo de siempre, por el estacionamiento, para poder saltar el cerco que se encuentra frente a su departamento. Se brinco la cerca y cayo entre la maleza que formaba una barrera natural de yerba silvestre y bichos raros entre el conjunto habitacional y el cercado del estacionamiento. Un sin fin de cosos se le pegaron a su pantalon y lo dejaron blanquizo con los prendedores dientes de sus flores.
Camino los ultimos metros hacia los cinco escalones del edificio que lo conducirian a su apartamente mientras se limpiaba el pantalon de las tercas ramitas de las plantas que se rehusaban a dejar la tela de la ropa. Caminando y cacheteando el pantalon se fue acercando al edificio. Por fin, cuando llego a las escaleras se dio por vencido y dejo por la paz la limpieza, esas cosos saldran despues penso el.

Se dirigio a la puerta y miro la maceta con los rosales que se negaban a frotar por mas amor que se les dedicara, y los eternos angelitos; un poster que ella habia colocado ahí tiempo atrás. Recordo lo que habia dicho en el mail y se dirigio a la perilla, le dio media vuelta confirmo que estaba abierta tal y como le habia hecho saber, dio un paso y se encontro dentro del departamento, calido, y oliendo a shampoo, a bano fresco.
-“Hola”...escucho su voz a la vez que se aseguraba de cerrar la puerta con su seguro. Escucho sus pasos y la miro frente a el, tal y como la habia recordado todo ese tiempo, como sus recuerdos se le habian plasmado en su memoria. No habia cambio alguno.
Se encontraba vestida con un vestido negro, de una pieza, pegado al cuerpo que le daba hasta las rodillas, y medias negras. Siempre linda, como siempre ella le habia dicho que se preparara porque “nunca sabes cuando tienes visita o tienes que salir”; preocupada por estar presentable, una de tantas cosas que le encantaban de ella.
Se acerco hacia el, abrazandolo y ofreciendole sus labios en un beso calido, lleno de amor y ternura, para luego dejarce abrazar por el. No necesitaba explicar nada, lo habia extraniado. El sintio lo que ella sentia, que era lo que el tenia en su corazon, y le dio un beso en su cabellera, en su cabello humedo.

Se separo un poco de su pecho y lo mira a los ojos con amor mientras le decia, -“justo voy colocando tu cafe en la mesa, con dos cucharadas de azucar y un poco de leche”...lo dejo que se quitara las zapatillas pero sin moverce de su lugar y sin dejar de tocarlo, le dejo su mano sobre su espalda mientras se agachaba para quitarce los zapatos.
-“Como estuvo tu dia?”, le pregunto mientras le sobaba la espalda con su mano izquierda, y le pasaba los dedos de su mano derecha por el cabello.
-“Bien”, le contesta el, agachado todavia, “todo bien, ahora empieza a verse mas lindo todavia”, le dice mientras se levanta, se le acerca, y la vuelve abrazar a la vez que la mira a los ojos con todo ese amor que ella le inspira. Ella se acobija en su pecho, escuchando su corazon se da cuenta que sigue latiendo como el primer dia que le hiso el amor en la casa de un amigo; seguia latiendo de la misma manera, como si fuera una aventura el abrazarla cada vez, besarla como si fuera la primera ocasión, y diciendole tantas cosas que no se pueden decir con palabras.

La vuelve a besar, pero esta vez con una ternura mas intima, mas confidencial, que dice mas del alma cuando se ama. Ella parece leer sus ansias y lo toma de la cintura mientras lo preciona contra ella, mostrandole que ella tambien lo ha extranado.
El beso transcurre mientras sus manos sienten su espalda, sus brazos y luego la toma de los lados de su cabeza para luego separarce un poco lo suficiente para decirle mirandola a los ojos que la ha extraniado durante estos ultimos dias. Ella sonrie un poco, y repite sus propias palabras que todavia el no se ha atrevido a expresar, “yo tambien te he extranado, mucho.”

Los dos sonrien, y vuelven a darce un beso, pero esta vez algo ha cambiado, ahora es un beso que dice, “te amo, y estoy aquí porque vos me haces sentir bien. Mi vida es mejor ahora y cada vez que estoy contigo.”

Ella lo toma de la mano y lo conduce a la mesa donde puede ver que se ha esmerado en preparar un par de tazas, una para el, con café, y una para ella, con un te aromatico de Ceylon, unas galletitas de chocolate, y un par de pedazos de cheese cakes, sus preferidos.
Voltea a verlo como una nina, pidiendo, exigiendo, unas palabras que muestren que le gusto la preparacion de las cosas. Le ve la cara y el se voltea a verla, con una sonrisa y un gino de ojo le dice.
- “Conoces mis gustos, y sabes que nunca te voy a despreciar dos pedazos de cheesecake.”
-“Hey! Uno es para mi!”, le dice ella, riendo, bromeando y reconociendo que el tambien le esta jugando. Lo jala hacia ella y le ofrece sus labios a la vez que su cuerpo se le trata de fundir al de el, el se agacha un poco y le besa esos labios tan lindos que le son ofrecidos con tantas ganas de amar...reconoce su reaccion fisica al verse tocar por ella en esos momentos, y la besa.

Su mano izquierda la toma por la nuca y la empieza a besar mientras su mano derecha la toma de la cintura, la besa como siempre la ha besado, primero con ternura, luego para verse arrollado por su fuerza sensual, sus besos tan profundos, lindos, humedos, y hambrientos por el.

Le muerde los labios tiernamente, y con esa primera mordida picara le dice que lo decea, ahora, ahí mismo, y para siempre.

Se separa de el, dejandolo con los ojos abiertos y mirada de sorprendido. Disfruta verlo asi por un par de segundos para luego tomarlo de su mano, guiandolo hacia la recamara, mientras lo continua mirando con sus ojos de nina picara, le sonrie y pregunta, “podemos?, el café y los cheesecake esperaran.” Se deja llevar, gratamente sorprendido...
Un tierno “Te quiero” se le escapa mientras caminan el par de metros a su cama

En la mesa, el café, el te, y las galletitas habian perdido su atraccion; pero ya volverian a ellas; despues, por la noche, o por la madrugada, para poder platicar y reir, y volverse a amar de nuevo, como siempre lo hacian cuando se encontraban juntos. Esa noche no pensaba volver a su departamento, sintio que pertencia aquí, con ella, y al mirarla de nuevo, no hubo duda alguna en su mente ni en su corazon.
-“Te quiero, sabes?”, le dijo con palabras, y con un corazon enamorado en su pecho...y ella sonrio...contenta, porque en su corazon sabia que tenia el amor de un buen hombre para ella solamente...sabia que tenia que cuidarlo, porque se ama solamente una vez...porque las demas ocasiones son parches sentimentales que ponemos para calmar nuestra soledad.