Un recuerdo se detuvo serpenteando en círculos menores, mientras en sus dedos sostenía aquella fotografía de un día sin esperas. Lucía su rostro marcado por los años una tonada triste de guitarra, sus ojos mojados entonaban ríos de esperanza y de desilusión. En la foto había una mujer, una muchacha de cabellera roja y de piel americana. Sonreía tras una ventana pequeña y levantaba su mano izquierda para saludar. El la besó, como lo hacía siempre, tocó sus labios un momento, detuvo al tiempo en una caricia, y recordó que un hombre que sabe amar entiende que el triste amor empieza cuando el amor a la idea justa es el bien más necesario. Dando un suspiro al vacío abrazó con su cuerpo aquel aromo y durmió bajo la noche estrellada del 11 de septiembre de 1973.
A lo lejos, muy a lo lejos unos hombres de uniforme se acercaban.
Al llegar la mañana el sol no lo despertó. Y el aromo por vez primera cambió el rocío estelar por un poco de sangre valiente.
Otros cuentos que seguro que te gustan:
- Los anteojos del abuelo
- Locura de amor infiel
- El hombre, la montaña y el tesoro
- Un pueblo fantasma más
- La niña del colegio
¿Te ha gustado este cuento? Deja tu comentario más abajo
(Nota: Para poder dejar tu comentario debes estar registrado.Todavía no lo estás? Hazlo en un minuto aquí)
Últimos comentarios sobre este cuento
Nombre: Martha Susana
Comentario: Se trata de la Revolución de Chile? vaya un recuerdo para quienes perdieron la vida en ella y por su patria! Buen cuento, a pesar de la tristeza...